Para llegar a esta meta, el Itinerario de Renovación se presenta como un “catecumenado comunitario”, que ha de ayudarnos a descubrir el significado profundo de nuestro Bautismo y a aprender a vivir como creyentes en medio del mundo en el que el Señor nos ha colocado al servicio de la Buena Noticia. En este sentido, el Itinerario es una “iniciación” en la Palabra viva de Dios, en la oración y la liturgia, en la vida conforme al Evangelio, en la vida comunitaria y en el compromiso misionero, es decir, en todos las dimensiones del ser cristiano. La finalidad se puede concretar en aprender juntos, como si empezáramos ahora a ser cristianos, a “conocer-comprender-creer, celebrar, vivir y anunciar el Evangelio de Jesucristo y su mensaje del Reinado de Dios”.
El Itinerario se irá desarrollando a lo largo de los
próximos cuatro años, según las etapas sucesivas en las que se desarrolla todo
catecumenado, y que son las siguientes:
1.
Tiempo de sensibilización – preparación
2.
Primera etapa: creer el evangelio (contenidos: la
Biblia – la Historia de la Salvación – el anuncio de Jesucristo)
3.
Segunda etapa: comprender el evangelio (contenidos:
los Credos y las confesiones de fe)
4.
Tercera etapa: celebrar el evangelio (contenidos:
la oración – el Padrenuestro – y la liturgia)
5.
Cuarta etapa: vivir y anunciar el evangelio
(contenidos: los Sacramentos, la vida cristiana y el proyecto de vida personal
y comunitario)
El Itinerario de
Renovación Espiritual trata de ser el comienzo de una vida de permanente
crecimiento espiritual, hasta que todos lleguemos a la meta: “Hasta que todos alcancemos la unidad de la
fe y del conocimiento del Hijo de Dios; hasta que seamos personas cabales;
hasta que alcancemos, en madurez y en plenitud, la talla de Cristo”
(Efesios 4,13).
Para poder realizar esta tarea comunitaria, se requiere, por
parte de todos y cada uno de nosotros, el cuidado de unas actitudes básicas:
1. Pobreza,
humildad, misericordia y acogida
2. Escucha
de la Palabra de Dios y disposición a la conversión y al cambio
3. Seguimiento
de Jesucristo
4. Identificación
con la Iglesia
5. Compromiso
con el Reinado de Dios
Para
alcanzar las metas propuestas, la metodología que vamos a seguir a lo largo del
Itinerario consiste en relacionar constantemente, en cada uno de los temas que
desarrollemos, nuestras experiencias de vida, como creyentes en medio de este
mundo, con la Sagrada Escritura, con la liturgia cristiana y con las distintas
expresiones de la fe. Por eso el Itinerario no consiste sólo en “hacer
estudios” bíblicos o doctrinales, sino sobre todo en un trabajo espiritual de
examen de la propia vida y de la marcha de la iglesia, de mejorar nuestra vida
de oración y de comunión entre los hermanos y hermanas, de vivir la liturgia como
un encuentro semanal en torno a la Palabra de Dios, y de experimentar la virtud
de los Sacramentos en la realidad de nuestras experiencias cotidianas. Y todo
ello tomando siempre el Evangelio de Jesucristo y su anuncio del Reinado de
Dios al mismo tiempo como punto de partida y como meta de llegada.
El
Itinerario se va a desarrollar estructurado principalmente en torno a las
Convivencias trimestrales, que se desarrollarán todas según el esquema que se
ha expuesto al principio. En cada una de ellas, a partir de la evaluación del
trabajo desarrollado en el trimestre anterior, profundizaremos y aplicaremos
sus enseñanzas a la vida personal y comunitaria, y plantearemos el tema para el
trimestre siguiente. Los meses en lo que no haya Convivencia dedicaremos
también el culto de un domingo al trabajo del Itinerario, siguiendo la liturgia
según el Año Cristiano, pero sustituyendo la predicación por el desarrollo
catequético del tema correspondiente del Itinerario.
Además
de estas ocasiones especiales, es necesario que el “caminar” del Itinerario sea
asumido por toda la comunidad y cada uno de sus miembros, en el estudio y en la
reflexión personal de los temas que se irán entregando, pero también en los
cultos y en la predicación, y con la ayuda de murales y carteles, utilizando
los medios informáticos, etc. Sólo si fuera necesario, se propondría la
celebración de talleres o conferencias ocasionales. Y todo ello bien empapado
por la oración, con la que todos podemos colaborar, y en la que contamos con el
apoyo especial de las personas enfermas o ancianas, aunque no puedan participar
en otras actividades.
De esta
manera, aunque el responsable del desarrollo del Itinerario es el pastor junto
con el Consejo de la Iglesia, se trata de una tarea esencialmente comunitaria
que necesita ser asumida por todos, y en la que se pide a todos una
participación activa, especialmente a todos los que desempeñan en la iglesia
algún ministerio: en la Escuela Dominical, en la liturgia y la predicación, en
la diaconía, etc.
Ponemos este proyecto de trabajo en las manos de
Dios nuestro Padre, y de su Hijo Jesucristo, el Señor de la Iglesia, confiados
en su presencia entre nosotros por medio de su Santo Espíritu. A él sea la
gloria. Amén.
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